domingo, 21 de julio de 2013

VERSIFICACIONES PERIJANERAS



FORJANDO MEMORIA DE LA VERSIFICACIÓN POPULAR REPENTISTA PERIJANERA, A TRAVÉS DE LA TRADICIÓN ORAL RECOGIDA POR WÍLMEDES SOCORRO
                                  

Salvador era el dueño de una tienda de víveres, donde acudían los perijaneros de Machiques a comprar sus vituallas diariamente.
Un día de tantos, el año de 1986, por lo menos, llegó un niño con un recado de su madre, pidiéndole que le enviara algo que almorzar, con medio real. A lo que Salvador, encogiéndose de hombros y muy preocupado, le dice a su amigo el poeta repentista que siempre se la pasaba sentado en el mostrador del abasto: Maximilito (que así se llamaba), cómo le voy a dar de almorzar a la señora Eufrosina, si sólo me manda medio real con el hijo.
Ni corto ni perezoso Maximilito le contradice -haciendo gala de sus facultades intelectuales- así:

Cuando un pobre va a una tienda
puede llevar que almorzar,
siempre que haya quien le atienda;
pues con sólo un cobre ‘e sal
dos de manteca y arroz
y de estos de a cuatro dos, *
se almuerza muy regular.

Para entonces, el gran valor adquisitivo de la moneda era tal, que se podía comprar hasta una contada de plátanos (400), con un bolívar. En ese tiempo, el cobre o la popular puya era, de acero chapeado en cuproníquel, y valía cinco céntimos, el cuartillo de níquel, doce céntimos y medio, y el medio real veinticinco céntimos de bolívar. El solo hecho de haber existido tanta moneda fragmentaria en circulación, demuestra el centro virtual de una economía, donde el abuso especulativo no tenía cabida ni aforo alguno.   

Plátanos.*
Manuel Martínez Acuña

sábado, 20 de julio de 2013

DIÁLOGO ENTRE ALUMNO Y PROFESOR

ALUMNO_PROFESOR


Un profesor está almorzando en el comedor de la Universidad.

Un alumno viene con su bandeja y se sienta al lado del profesor

El profesor  dice: “Un puerco y un pájaro, no se sientan a comer juntos”.

A lo que contesta el alumno: “Pues me voy volando”, y se cambia de mesa.

El profesor verde de rabia, decide aplazarlo en el próximo examen,
pero el alumno responde con brillantez a todas las preguntas.

Entonces el profesor le hace la siguiente pregunta:

Usted está caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro
de ella está la sabiduría y mucho dinero,
¿cuál de los dos se lleva usted?

El alumno responde sin titubear: El dinero!!!

El profesor le dice:

Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?

Cada uno toma lo que no tiene, responde el alumno!!!

El profesor, histérico ya, escribe en la hoja del examen: Idiota!!! Y
se la devuelve.

El alumno toma la hoja y se sienta.

Al cabo de unos minutos se dirige al profesor y le dice:

Señor, me ha firmado la hoja pero no me puso la nota.