miércoles, 31 de agosto de 2011

RECORDAR ES VIVIR - Iván Darío Parra

Una mañana del mes de julio de 2004 mi estimado amigo Roberto Jiménez Maggiolo sufrió serios quebrantos de salud y fue necesario hospitalizarlo en la Clínica Falcón. Por esta razón, en dos oportunidades lo fui a visitar; la primera cuando estaba en cuidados intensivos y la otra, en la habitación que le habían asignado.
En honor a la verdad, debo decir que en las dos ocasiones no lo vi tan mal, porque en ambas lo encontré protestando, sin quejidos ni lágrimas, arrecho. En las breves conversaciones siempre me habló de las mujeres bellas que lo asistían. Cuando le llevé un “regalito” que le había traído de Aruba, con una sonrisa pícara me mostró su complacencia, se acomodó en la cama y me contó una de sus anécdotas gratas y atrevidas. Esto es, Roberto mantenía su estado natural de ánimo y esto me satisfizo.
Así, le compuse estos versos para decirlos entre amigos y para el recuerdo. 


I
Ha perdido la razón
Roberto por un desmayo
Que le ha puesto frío el tallo
Y parte del corazón
Ha ingresado a la Falcón
Atendido por doctoras
Enfermeras y señoras
Que lo tratan con agrado
A ver si vuelve al estado
Erótico de otra hora
II
Allí lo bañan expreso
Con perfumes y jabones
Y le lavan los cojones
Si meterse con el sieso
Ya se le nota el progreso
Se levanta sin apuros
Y ríe con disimulo
Al mirar a una enfermera
Que al doblarse muy ligera
Le hace apetecer un culo

Iván Darío Parra
Diciembre, de 2004.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Por una travesura de Manuel surgieron estos versos


El 24 de julio de 1998 se celebró en Coro, estado Falcón, XXX Convención Nacional de la Sociedad Bolivariana de Venezuela. Por el estado Zulia fueron delegados: doctor Gastón Montiel Villasmil, Lic. Nectario Boscán Carroz, poeta Manuel Martínez Acuña e ingeniero Iván Darío Parra. Por una travesura de Manuel surgieron estos versos


Un criollo “Oso Polar”

Como ráfaga solar

don Manuel se levantaba,

se reía y recordaba

a su criollo oso polar,

lo que no podía olvidar,

por las cosas del destino,

que vivió este marabino

como príncipe consorte

sin ir hasta el polo norte

a vivir como un pingüino

En Coro encontró a ese oso

en una noche estival

que con amor otoñal

compartió lleno de gozo

Al otro día sigiloso

don Manuel casi dormido

miró a su amor extendido

a la orilla de la cama

y por no tener pijama

le vio el oso emblanquecido


Iván Darío Parra.
Diciembre, 2001

sábado, 13 de agosto de 2011

CANO y TITÁN

CANO y TITÁN 

CANO
Preguntártelo es preciso
en este verso profundo,
decime, quién hizo al mundo
y quién hizo al que lo hizo.

Titán
Yo respuesta te daré
pero de uno de los dos.
Quien hizo al mundo fue Dios.
Quien hizo a Dios no lo sé.

martes, 9 de agosto de 2011

Para Américo Negrete. (Por su libro “Amor en Maracaibo”) Iván Darío Parra

Apreciado Américo, las Décimas que he compuesto, sin pretensión de poeta, han estado dirigidas a disfrutarlas en nuestras gratas tertulias, por lo que vuelvo a agradecer tu gentileza de publicarlas. De tus admiradoras estoy casi al día, pero, no conocía la gran cantidad de admiradores que tienes. Uno de éstos, músico, me ha pedido que le haga dos estrofas más a la Décima Octosílaba, dedicada a ti, para ponerle música. Las he hecho y quisiera que le des una de tus bellas pinceladas, antes de entregársela.

Para Américo Negrete.

(Por su libro “Amor en Maracaibo”)
I
Don Américo Negrete,
honorable cañadero,
que con dignidad y esmero
vistió de toga y birrete.
Pero después, fue jinete
de pollinas y potrancas,
en patios y zonas francas;
y sin hacer distinciones
en diversas posiciones
cabalgó negras y blancas.
II
Así se metió a escritor
y a poeta distinguido,
que alborota el buen sentido
con sus poemas de amor.
Un respetable señor,
a veces medio travieso,
y sin llegar al exceso
y siempre con mucha hombría,
porque de noche y de día
se mantiene como un hueso.
III
Llegó la etapa otoñal
y Américo como un rolo,
buscando de polo a polo,
modelos a su corral.
Para sentirse jovial,
como bardo y buen galeno,
entre lo hermoso y lo bueno
ha reunido un ganado,
que lo mantiene extasiado,
complacido y muy sereno.
IV
Ética con buen humor
es un don de ontología,
que luce con gallardía
nuestro apreciado doctor.
Américo con sudor
de su frente bien altiva,
no mal gasta la saliva
en las conversas triviales,
le importan poco los reales
y desprecia la diatriba.
Iván Darío Parra.
30 de julio de 2002



Mi muy apreciado amigo Iván:
Leídos tus comentarios y, luego las décimas dedicadas al libro de Américo Negrete, “Amor en Maracaibo”, es posible seguir creyendo que tienes vocación para este género de poesía; sobre todo por el camino que le abres al humorismo poético, a la exaltación amorosa, o a la pasión primitiva. Sin embargo, frente a esta realidad, debo hacerte las siguientes observaciones:
1) Las sílabas métricas para medir el verso, se ligan en una sola emisión de voz. Por ejemplo, si el verso termina en una palabra llana, se cuentan todas sus sílabas completas. Pero si termina en palabra esdrújula, se cuenta una sílaba menos, y si termina en palabra aguda, se cuenta una sílaba más.
2) Tenemos así que, tanto el octosílabo, el endecasílabo, el dodecasílabo, etc., tienen su respectivo ritmo, muy parecidos a los compases musicales.
3) También hay sinalefa, entre otras reglas, cuando concurren tres o más sonidos vocales, que en tal caso pronunciamos en una sola sílaba métrica.
Esto significa que, si quieres seguir siendo celoso de la reputación de tus formidables décimas octosilábicas, a las cuales nos tienes acostumbrados, la conquista de la técnica del endecasílabo puede ser parte de una meta; pero, por ahora, revisa bien la métrica de los versos, y veras que unos cuantos de ellos tienen diez o doce sílabas, en vez de once, como fue el propósito. Además, noto que el endecasílabo parece haberte hecho cambiar la picardía del verso por el acomodo silábico. A mi poco entender, la décima, por ser poesía menor, mejor le viene el octosílabo.
En cuanto al romanticismo triunfante y pintoresco de tu crónica poética, no caben dudas.
Tu amigo de siempre,
Manuel.

jueves, 4 de agosto de 2011

El cuatro de Manuel - Iván Darío Parra

El Cuatro de Manuel - Roberto Jiménez M.

A MI AMIGO MANUEL MARTÍNEZ ACUÑA
El cuatro de Manuel
I
Ese cuatro de Manuel
suena como una “rokola”,
y todos le paran bola
cuando está cantando él.
A mi manera de ver
ese cuatro es un acierto,
canta Porras y Roberto
pero con tal emoción,
que entre poema y canción
la parranda es un concierto.
II
Las cuerdas de ese instrumento
no necesitan afino;
tienen un medicamento
parecido al mentol chino.
Sin embargo no es sifrino,
es melodioso y sonoro.
Hasta el cristiano y el moro
lo disfrutan con afán,
y todos cantan a coro
cuando está tocando Iván.

Iván Darío Parra